Cuando el Estrés se vuelve Crónoco

Tres etapas que hay que distinguir para prevenir el burnout.
En la década del 70 se introdujo el concepto de burnout para referirse a un estado mental negativo relacionado con el estrés crónico, habitualmente ocasionado por la sobrecarga y las altas demandas laborales.
En el año 2000 la OMS lo declaró como un factor de riesgo, considerando que afecta la calidad de vida, la salud mental e incluso pone en riesgo la vida de las personas.
¿Es posible prevenir el burnout? Es posible, pero requiere un monitoreo continuo de nuestro estado emocional.
ESFUERZO: las personas se sienten sobreexigidas, conviven la sensación de agotamiento con un esfuerzo por responder a las demandas del entorno. En esta etapa es común que las personas tengan dificultades para dormir., concentrarse, se sientan tensionadas, incluso con dolor.
CINISMO: las personas señalan sentirse menos involucradas con su trabajo, les cuesta disfrutar de su profesión y aparece una sensación de desconexión con sus tareas al punto de sentir indiferencia. Esta caída se debe a una respuesta de nuestro organismo frente a una situación de estrés crónico.
BURNOUT: Se caracteriza por la caída abrupta del vigor. En esta fase ya no logramos esforzarnos a pesar de querer hacerlo. Se caracteriza por la falta de energía y la sensación de no poder hacer frente a los problemas cotidianos., incluso a situaciones que antes afrontábamos sin inconvenientes.
Fuente Página 12